lunes, 4 de enero de 2010

OSASUNA, 0 - R. MADRID, 0

Reconozco que sentí pereza anoche, a la hora de salir de casa. Pereza me dío, también, caminar los escasos 100 metros que separan mi portal del Sydney. Justo es decir que me alegré de felicitar el año nuevo a los amiguetes y tomar una copilla juntos. La pereza, me confesó uno de los habituales, tambien le había tentado a él quedarse calentito en casa.
Dos horas después, pudimos comprobar que los jugadores del Madrid, para empezar bíen el curso, de forma solidaria, se habian dejado llevar por el mismo pecado capital...
Coñazo de partido, que ni para discutir con adversarios sirvió, amén de que ni uno quedaba en la barra del bar.
Comentario aparte merece el descubrimiento del máquina total, vaya, un figura de unos veintitantos años, que ante cualquier discusión sobre resultados, procendencia de jugadores, etc., el fenómeno, con una seguridad pasmosa, corregía sín inmutarse a los contendientes. Sus amigos, otros jovenzuelos con el mismo desgarbado aspecto, se partían de risa al ver las caras de incredulidad que nos dejaba semejante portento.
Ní que decir tiene, que oficialmente ha sido invitado a cualesquiera de los eventos deportivos que en el Sydney se contemplen.

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