BARCELONA 1, MADRID 0

Ambiente de lujo en el Sydney. Como era de esperar, lleno hasta la bandera, para presenciar un partidazo. Los pocos culés que allí se encontraban, demostraron su “seny” antes, durante y después del partido. Partidazo, no se puede negar, el Madrid le comió el terreno desde el principio al Barcelona, que demostró la pegada, por cierto, muy condicionada de las decisiones del arbitro, que, aunque no pitó ninguna sanción de las llamadas “decisivas” en contra del Madrid, si le condicionó con dos tarjetas a los centrales para el resto del partido, olvidando un claro penalti a Cristiano.

Sea como fuere, barcelonistas, aquí os esperamos...

Esto es fútbol, y lo demás, gilipolleces.

Real Madrid - Racing 1-0

Otra vez la combinación justa de tedio y emoción. El tedio lo puso el juego que se vio en el césped y la emoción

La muestra del tedio fue que cuando le anularon al Racing su justo gol estábamos cinco espectadores en la grada dilucidando lo complicado que tenía que ser vestirse con la equipación del Santander. Un solo error al colocarse la camiseta, pantalón o medias y ya tendríamos un uniforme nada parecido al resto de sus compañeros (portero al margen)

Hubo hasta quien llegó a dibujar un croquis para explicarse mejor. Yo no hago un dibujo, pero añado una foto del uniforme en cuestión.

Como muestra de la emoción quede que cuando nos anularon, con justicia nuestro gol, o nos quitaron dos penalties, saltamos con tal agitación que bolígrafo y croquis debieron acabar por los dominios de los ultrasur.

Cuando con alivio acabó el partido hubo quien propuso bajar a los vestuarios del Racing para preguntar acerca de la vestimenta de la polémica, pero el Zurich está ahí mismo y no era cuestión de perder más tiempo.

Menos mal que hay quien asegura que los suizos jugarán con un camiseta azul lisa.

ATLETICO DE MADRID 2, REAL MADRID 3

La verdad, no me inspiro. Intento recordar algo digno de mención del partido y me siento impotente. Un ejemplo, en la crónica sobre el mismo del ABC, el tío cita a ¡Chesterton! El caso es que si no fuera por las ya frecuentes expulsiones que sufrimos y por los incomprensibles movimientos de banquillo de Pellegrini, no habría tenido ni pizca de emoción. Eso si, al final las pasamos moradas, por no decir putas, (ups, lo he dicho), con paradón postrero de San Iker incluido.

En el Sydney, más culés residuales del partido anterior que madridistas y ningún indio, todo un síntoma. Me informan que se ha producido un nuevo cruce de apuestas consistente en una caja de ostras, con motivo del partido de vuelta de la copa del Rey, y que, uno de los apostantes, tras aceptar el envite, pregunto cual es el precio de la ostra... Todo un síntoma dada la barcelonista catadura del previsor individuo.

Un último apunte, ningún hermano, amigo, familiar o cualquier especie de ser humano de corazón rojiblanco tenía cobertura telefónica anoche, ¡así no valeeeeeeeeeeeeeee!

Real Madrid 2 Getafe 0

Con el "jaloguín" dichoso a punto de celebrarse y algún que otro descerebrado disfrazado de mamarracho por la calle (en el estado afortunamente no vi a nadie), algún que otro fantasma sobrevolaba el Bernabeu.

Afortunadamente muchos de los que poblaban las gradas no eran los habituales, y es que aunque no hubiera puente, estaban en sus pueblos llevando flores a las tumbas, y los que no son habituales, lo último que se les ocurre es abuchear o silbar al equipo. Aquello parecía un voto de confianza, o así lo entendieron los jugadores. Ni siquiera estaban los porreros de costumbre. Gracias a eso se pudo ver el partido con mejor nitidez.

En el banquillo más de uno veían balancearse la cuerda si no se sacaban los tres puntos. Y cuando se dio la expulsión (a mi entender justa) pareció que todos los demonios se conjuntaban y aquello llamaba a desastre y debacle.

Pero en ese momento el equipo que pareció poseido fue el Getafe, y más que por los demonios, por el miedo a no verse capaces de sacar adelante aquello.

Esta vez el Madrid no perdió la ocasión y aún en inferioridad le metió dos estacazos de esos que duelen mucho tiempo. Tal vez el lunes, cuando comiencen a entrenar decidan que sí, que se pueden llevar el partido. A buenas horas.