No son los mejores partidos para el Madrid los que disputa contra encarnizados rivales. Sobre todo, para verlos en el bar. Porque, se suele quitar la piel de oveja el lobo, y claro, saltan chispas. Mucho aparentemente neutral, en estos choques, descubre su vena antimadridista, y luego, pasa lo que pasa.
Y lo que pasó, ni más ni menos, fue que algún capullo le dio por jalear el temprano, (e inmerecido) gol bilbaíno de forma desaforada y la peña se encabritó.
Y digo encabritó por no decir encabronó, que también.
De cualquier forma, algunos de los que habían desaparecido del bar en las últimas semanas por no soportar la buena situación blanca, regresaron, con sonrisa de hiena.
Que se jodan, que vamos a ganar la liga, y se van a ir luego a reír de su santísima progenitora.
Lo que no veo tan claro ya es lo de las gambas, pero, que se le va a hacer, confiemos en que Jesús el tabernero las tenga ya preparaditas, oreándose, listas para servírselas... a final de liga.
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