domingo, 4 de abril de 2010

RACING 0, R. MADRID 2

El Sydney cerrado. Semana Santa. Y yo me busqué un buen sucedáneo, vive Dios. Un bar de chinos, descubierto en una avanzadilla días antes. La gran sorpresa es la parroquia que allí me encuentro. Medio Sydney, la verdad, más de los malos que de los afines, Amadeo incluido. El chino que lo regenta, me recibe con aspavientos dignos de un monarca, más cuando le informo de que voy a prescindir de los aperitivos habituales.

Empezado el encuentro, un tipo de los que ya hace años que disfrutan de pensión, entra en el bar. Y dada su cojera, reclama a gritos un asiento donde presenciar el partido. Amablemente, un hombre entrado en edad, le cede la mesa, lo que me hace volver la cabeza y descubrir que es mi tabernero habitual, que el miércoles pasado me dejo a mi y a mi socio de blog en la calle, pues decidió pillar el puente por anticipado. El cojo recién ingresado le monta un número al chino-barman de aquí no te menees, para que le invitara a mi recién adquirido compañero de barra. En fin, un Show.

Pero mayor es el espectáculo que monté yo, (cómo no), cuando el hijo del sol naciente, o poniente, o de su china madre me pidió 5 eurazos por cada pelotazo, aduciendo que como el vaso era más grande cobraba más.

Al final, nuevo triunfo, (aburridísimo) blanco y otro bareto censurado, este, a perpetuidad.

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