domingo, 21 de febrero de 2010

Real Madrid-Villareal 6-2

Anda el personal un tanto confuso a la búsqueda de enemigos. Y es que cuando se ve un partido en el bar, es fácil tener como vecino a uno que quiere que los que llevan tus colores caigan en el abismo, se lesionen todos y reciban goles incluso antes de empezar el partido.Pero cuando uno se sienta en el estadio y en zona de socios, se supone que todos queremos que ganen los mismos.El problema es que hay que alimentar ese espíritu cainita con que Dios ha provisto a este pueblo.

Así que cada uno tiene que enterarse de a qué jugador le tiene cariño o inquina el de al lado para poder lanzar alguna que otra puya a lo largo del encuentro.Y digo que andamos un tanto confusos porque con eso de que Guti se pierda por el motivo que sea cuatro de cada cinco partidos y Raúl ya le está quitando polvo a su viejo Atlas, hay que buscarse otros enfrentamientos: Lass vs. Diarra, ¿anda fino o no Kaká?, ¿Marcelo culpable hasta de lo de Manolete?, ¿puede hacer algo más Casillas cada vez que encajamos un chicharro?

Esos temas surgieron ayer, pero todavía faltan por definirse, y es que eso surge muy bien cuando los partidos resultan aburridos, pero el de ayer no dejó mucho rato libre porque el Villareal achuchaba al margen de lo que diga el resultado. Y es que al descanso, buen momento para las tertulias, sólo ganábamos por la mínima, así que la conversación sólo giraba acerca de si sería fácil o no solventar el partido.Ya se irán definiendo.

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