sábado, 24 de octubre de 2009

SPORTING 0, R. MADRID 0.

Fuera como fuese, en el minuto 30 de la primera parte, el debate en el Sydney versaba en torno a la soberanía de España sobre los territorios portugueses, y sin que se mencionara a Cristiano Ronaldo, pobre mío.


Unos apostaban por un polvo mal echado, otros por una partida de cartas, (sin duda, confundiendo este caso con el del Condado de Treviño), y yo, disfrutando del apasionante debate así como del espectáculo futbolístico al que estábamos asistiendo. Tan emocionante. Tan fascinante. Tan hermoso.

Y yo, no creyente, rezando.

Rezando, si, porque acabara de una puñetera vez el bodrio de partido. Porque, hay que joderse, después de “gozar” con el juego desplegado por el Aletí, llamada de coña incluida a mi cuñao, yo, madridista de pro, firmaba el empate desde el minuto 30 del primer tiempo.

Empate, mondo y lirondo, y a por más. ¡Qué remedio...!

No hay comentarios:

Publicar un comentario